Alcalá de Henares

Llevaba mucho tiempo queriendo ir al Parador de Alcalá de Henares, pero la verdad que al tenerlo tan cerca siempre lo dejaba para otro finde. La semana pasada estaba medio griposa así que no me apetecía nada meterme un viaje de “x” horas entre pecho y espalda y por fin me instalé en este espectacular parador.

Llegamos el sábado por la mañana, soltamos las maletas y estuvimos casi 1h investigando el Parador…Es un antiguo convento dominico completamente reformado y con decoración moderna, tan moderno que todavía sigo pensando en el funcionamiento de las luces!!

 

Nos fuimos a comer, en principio de tapas de bar en bar, pero fuimos a la Cervecería Indalo (Calle de Libreros, 9). Con cada bebida te ponen una tapa, la que tu elijas, así que nos tomamos dos cañas acompañadas de unos huevos rotos, unos pinchos morunos, un bocata de calamares y ya habíamos comido por unos 10€. También nos recomendaron La Cueva de Antolín (Calle de Libreros, 40), la próxima vez lo probaremos.

Después estuvimos dando un paseo por el centro. Alcalá (ciudad Patrimonio de la Humanidad) está unos 30min de Madrid, pero durante el paseo parecía que me había trasladado a algún sitio más lejano. Sus calles haces que creas que estás es un pueblo de Segovia, Toledo, Ávila… vimos la casa de cervantes, la catedral, un museo de escultura al aire libre (bastante bah) y nos hicimos una caricatura.

 

Como estaba medio enferma, volvimos al Parador para ir al SPA. Está compuesto por una piscina con chorros, unas 8 duchas (de agua fía, caliente, con piedrecitas…) una sauna, un baño turco y una zona relax. Se aloja en la antigua capilla del convento, lo que me sorprendió bastante; la piscina está en el antiguo altar y la zona relax esta situada en el antiguo coro…

 

Al terminar el recorrido nos dimos una ducha y fuimos a cenar a La Cúpula (Calle Santiago, 18), cenamos fenomenal; nos pusieron un platito con foie y para compartir pedimos unos  trigueros a la plancha y una carne a la brasa, todo muy bueno.

 

De ahí, nos fuimos a tomar una copa a Hanoi House (Cerrajeros, s/n). Tiene una terraza muy agradable y los gintonics muy bien puestos. Me dio rabia estar tan cansada y no poder seguir la noche, porque la parte interior del bar estaba muy animada.